Así es, no existe el pigmento azul en nuestros ojos, y esa tonalidad apareció hasta el Neolítico, cuando la humanidad ya efectuaba pastoreo de ganado y agricultura. A lo largo del tiempo, el tono de los ojos ha sido tema de interés, habiendo aun asociaciones a cualidades no siempre y en todo momento agraciadas o inocentes.

En la mitología griega Demeter (Ceres) hermana de Zeus, tenía los ojos verdes, Atenea grises, Afrodita azul océano, Artemisa plateados. Entre los humanos hay una pluralidad de colores, ciertos poco comunes como los conocidos ojos color violeta de Elizabeth Taylor. Al color de ojos hasta canciones les han compuesto, “aquellos ojos verdes de mirada serena…” “ochie chorniye,
ochi zhguchie, ochi strastnye i prekrasnye…”, “blue eyes, baby´s got blue eyes like a deep blue sea…” y la lista prosigue, en muchos idiomas y etnias.
El iris es la parte con color de nuestro ojo y cambia de tamaño para supervisar la cantidad de luz que llega a la retina, donde se forman las imágenes. Cuando nacemos nuestro iris es más claro y en el primer año se obscurece. Después, el tono del iris cambia poco a poco durante nuestra vida. Los cambios bruscos de tonalidad no son normales y podrían estar asociados a alguna
condición médica, como la uveítis, trauma ocular, virus como el herpes zoster o melanoma.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí