Urbe de México.- A horas de dejar la Jefatura de Gobierno de la CDMX para contender por la candidatura de Morena en dos mil veinticuatro, Claudia Sheinbaum tuvo una despedida de claroscuros en Palacio Nacional, al grado que afuera discutió con una mujer por la atención de los perjudicados de la Línea doce.

Dentro del circuito, acompañó al Presidente Andrés Manuel López Obrador en el acontecimiento de abanderamiento de la delegación mexicana que participará en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Sonriente, Sheinbaum ocupó un sitio en el presídium, a un lado del Líder, y asimismo se puso al lado del tabasqueño en la fotografía oficial del Jefe del Ejecutivo con los atletas, en el Patio de Honor.

Afuera del circuito la historia fue diferente.

Al salir de Palacio Nacional por la puerta lateral de Calle Corregidora, se le preguntó a la «corcholata» qué le afirmó el Presidente.

«Tuvimos un acontecimiento», se limitó a decir Sheinbaum mientras que se dirigía a su vehículo.

Al observar a simpatizantes y personas que le llamaban -tras vallas metálicas puestas sobre la calle-, Sheinbaum decidió no subirse al auto y acercarse a ellas.

Primero, una mujer le solicitó su ayuda debido a que su casa resultó dañada en un sismo.

«¿No te han atendido?, le preguntó la Jefe de Gobierno mientras que la mujer gimoteaba.

«Mas no llore, no llore», le solicitó Sheinbaum mientras que apuntaba los datos de la mujer, a quien asimismo abrazó.

«No se apure, le hablarán por teléfono», le afirmó la morenista.

Mas después se le aproximó una mujer que se identificó como perjudicada de la Línea doce del Metro, y le demandó falta de apoyo del Gobierno capitalino.

«Hola, soy una perjudicada de la Línea doce del Metro, soy otra víctima más de la Línea doce, no nos han resuelto», se quejó la mujer.

«Hemos atendido a todos, personalmente he atendido a todos», le afirmó Sheinbaum.

«Mas háganos caso, estamos ahora acá un conjunto de doscientos personas y no nos están solventando nada», expresó la mujer.

«Mas tienen una líder que se ideó un padrón como de cien (víctimas), sí», le respondió la Jefe de Gobierno, palpablemente molesta.

«No, todo es cierto, todo es un fraude, no son los que debían ser», contestó la quejosa.

«Ya fueron a hacer uno por uno el censo, se les va respaldar a todos, mas allá donde están, pues si vienen acá, la mitad son», expresó Sheinbaum.

«Nos dan largas», mantuvo la mujer.

«El censo se va hacer negocio por negocio, mas no acá, por el hecho de que traen un montón de gente que no son», prosiguió Sheinbaum.

«Todos estamos registrados y somos de veras, no somos falsos, solo solicitamos que nos hagan caso, ya son más de un par de años», soltó la vecina de Tláhuac.

«El Secretario de Gobierno los ha atendido y los va proseguir atendiendo», añadió Sheinbaum mientras que se tomaba fotografías con la primera mujer que se le aproximó.

«Usted nos dejó ayer sin solucionar el inconveniente», se le contestó.

«Se va a solucionar, mas allí, no acá», añadió Sheinbaum ya antes de retirarse.

JFF

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