BERLÍN.- El París Saint-Germain se confía a Kylian Mbappé, transformado en el último asidero de un equipo infestado de estrellas que llega a su cita europea lleno de emergencias y con la obligación de remontar el resultado desfavorable que padeció en el Parque de los Príncipes frente a un Bayern Múnich, que no se fía de el beneficio con la que enfrenta esta vuelta a pesar de contar con del factor campo en el Allianz Arena.
En la ida el cuadro parisino estuvo a la merced de los alemanes a lo largo de una hora larga, el tiempo que pasó en el banquillo el delantero francés, que se recobraba de una lesión y que, una vez en el campo, le cambió la cara al duelo, estuvo a puntito de compensarlo y llenó de esperanzas a los parisinos sobre su continuidad continental.
La dependencia de Mbappé ha ido en incremento y la baja del brasileiro Neymar para lo que resta de temporada, confirmada por el club, no hace más que aumentarla, pues al atacante, que termina de transformarse en el máximo goleador de la historia del club, ni el astro argentino Leo Messi semeja irle a la zaga.
El jugador es ahora todo en un equipo que, sin él en el terreno de juego, padece un evidente bajonazo de resultados. Al término del duelo de ida en París, aseguró que, con toda la plantilla en condiciones, la remontada era posible. La baja de Neymar resta enteros a su plan, mas el riesgo Mbappé tiene suficiente entidad para crear dudas en el contrincante.
Merced al tirón de su estrella francesa, el equipo semeja haber superado el bache de juego y resultados que atravesó tras el Mundial de Qatar, mas una supresión en Europa puede despertar muchos espectros del pasado que solo las victorias silencian.
El Bayern llega al encuentro en una fase en la que en la Bundesliga libra un duelo a distancia por el liderato con el Borussia Dortmund que hace que haya una tensión permanente en el equipo.
Esta circunstancia tiene un aspecto positivo y es que el Bayern está en pleno ritmo de competición y no puede permitirse ver ningún partido como trámite. No obstante asimismo hay una vertiente problemática, ya que el adiestrador Julian Nagelsmann ve reducidas sus posibilidades de hacer rotaciones para reservar jugadores para la Liga de Vencedores.
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Por este motivo, todo apunta a que el equipo que va a salir al campo sea exactamente el mismo que comenzó el sábado contra el Stuttgart en un partido en que los bávaros se impusieron por 1-dos. Cuando Nagelsmann hizo cambios el Bayern perdió fuelle. Los que entraron no hicieron méritos para demandar una situación en el once inicial
